
Por Sonia Izquierdo Martínez
Con gran paciencia el planeta vida nos ha soportado todo tipo de alteraciones, en sus ecosistemas, y no es para menos ya que los seres humanos día con día nos empeñamos más en destruir el planeta que nos aguarda. Asimismo como todo tiene un límite nuestro planeta nos ha hecho llegar la factura del daño que le hemos causado, pues como siempre todo lo dejamos a la desidia y ahora lo único que nos queda por hacer es esperar el fin de lo que nosotros mismos provocamos.
Uno de los primeros químicos que advirtió acerca del calentamiento global fue el Premio Nobel de Química “Mario Molina”, al cual nadie le hizo caso, y hoy a casi tres décadas de dichas advertencias, la capa de ozono no es amenaza sino una realidad, de la cual todos tenemos culpa, por no saber escuchar y muy en particular para la falta de educación.
De continuar con este ritmo de temperaturas, no solo va a provocar daños en la capa de ozono, sino que también desaparezcan para siempre algunas islas, debido al derretimiento de los glaciares, los cuales provocan que suban los niveles del mar, y esto a su vez producirá inundaciones costeras en la parte litoral del Este, en Florida y en otras áreas del Golfo de México. Por ello no cabe duda que seres humanos nos encontramos en un estado crítico de sobrevivencia.
Además, los bosques, las granjas y las ciudades enfrentaran nuevas plagas, y enfermedades trasmitidas por mosquitos. Por si esto fuera poco, las praderas alpinas, provocaría la extinción de especies vegetales y animales. De igual manera los impactos que esto causa, no sólo son para naturaleza ¡no!, también son para los seres humanos, ya que nos veríamos en serios problemas, en cuanto a convertir inhabitables grandes áreas del mundo, esto debido al derretimiento de los glaciares y de la capa de ozono.
Igualmente el calentamiento global podría causar la escasez de los alimentos y por supuesto del vital líquido “agua”, produciendo con ello emigraciones y guerras.
Sin embargo este problema también identifica muy bien al sector que atacaría primero, “a los más pobres”; ya que las naciones más ricas del mundo, si bien es cierto que invierte millones de dólares a este problema, no han hecho caso de tratar de limitar las consecuencias sobre el clima.
Un ejemplo de ello es país de Ecuador, pues no podrá enfrentar dicha dificultad debido, a la falta de presupuesto y a que no cuentan con las suficientes precauciones como las que tiene Estados Unidos, ya que ellos han tomado medidas, invirtiendo en plantas eléctricas, para poder generar molinos de viento, que hagan el agua salada en agua potable. En contraste, África que es un país en pobreza extrema no tendrá ni agua salada, debido a los deshielos.
Por su parte México, según el organismo de la ONU, "está haciendo progresos e intensificando su acción en el apoyo a la biodiversidad a través de redes de áreas protegidas, corredores de vida silvestre y en la adopción de medidas de apoyo para los bosques y los recursos hídricos".
Asimismo, el gobierno local esta fomentando en los mexicanos la cultura de reciclar la basura en orgánica e inorgánica, además de colocar recolectores de pilas, para procurar con ello el deterioro de la capa de ozono y el cambio climático.
Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), durante su visita a México comentó “México tiene todavía muchos problemas de alta contaminación atmosférica en las ciudades, desde la dependencia de hidrocarburos hasta la degradación de la tierra y la necesidad de luchar contra la pobreza".
Al respecto, el gobierno de la ciudad tomo como medida el plan de “hoy no circula sabatino” que va a disminuir los niveles de contaminación atmosférica, además de no generar tanto caos en la ciudad.
Es así como Henry I. Miller, investigador de la institución de Hoover de la Universidad de Stanford, indicó: “como el hundimiento del Titanic, las catástrofes no son democráticas”. Y es muy cierto, ya que los que más dinero tiene, pueden pagar lo que sea para salvarse, mientras que los que no morirán.
Y nuevamente es una lastima ver que aún no existen personas ni gobiernos, que quieran hacer algo por cambiar el Planeta Tierra, y que quieran seguir cegándose ante la realidad del calentamiento global, provocado por las actividades de la humanidad. Por ende te pregunto lector ¿Qué prefieres un planeta lleno de carros por todos lados, electricidad en tus aparatos, o un planeta lleno de vida, en el cual el día de mañana puedas vivir en paz? Es muy fácil de decidir lector, tú y yo preferiríamos una y mil veces la segunda opción.
Sólo que nos hace falta un poco de conciencia y educación, para ir cambiando nuestros hábitos y tal vez porque no para tratar de evitar un presente, tan sombrío y un futuro terrible.
Uno de los primeros químicos que advirtió acerca del calentamiento global fue el Premio Nobel de Química “Mario Molina”, al cual nadie le hizo caso, y hoy a casi tres décadas de dichas advertencias, la capa de ozono no es amenaza sino una realidad, de la cual todos tenemos culpa, por no saber escuchar y muy en particular para la falta de educación.
De continuar con este ritmo de temperaturas, no solo va a provocar daños en la capa de ozono, sino que también desaparezcan para siempre algunas islas, debido al derretimiento de los glaciares, los cuales provocan que suban los niveles del mar, y esto a su vez producirá inundaciones costeras en la parte litoral del Este, en Florida y en otras áreas del Golfo de México. Por ello no cabe duda que seres humanos nos encontramos en un estado crítico de sobrevivencia.
Además, los bosques, las granjas y las ciudades enfrentaran nuevas plagas, y enfermedades trasmitidas por mosquitos. Por si esto fuera poco, las praderas alpinas, provocaría la extinción de especies vegetales y animales. De igual manera los impactos que esto causa, no sólo son para naturaleza ¡no!, también son para los seres humanos, ya que nos veríamos en serios problemas, en cuanto a convertir inhabitables grandes áreas del mundo, esto debido al derretimiento de los glaciares y de la capa de ozono.
Igualmente el calentamiento global podría causar la escasez de los alimentos y por supuesto del vital líquido “agua”, produciendo con ello emigraciones y guerras.
Sin embargo este problema también identifica muy bien al sector que atacaría primero, “a los más pobres”; ya que las naciones más ricas del mundo, si bien es cierto que invierte millones de dólares a este problema, no han hecho caso de tratar de limitar las consecuencias sobre el clima.
Un ejemplo de ello es país de Ecuador, pues no podrá enfrentar dicha dificultad debido, a la falta de presupuesto y a que no cuentan con las suficientes precauciones como las que tiene Estados Unidos, ya que ellos han tomado medidas, invirtiendo en plantas eléctricas, para poder generar molinos de viento, que hagan el agua salada en agua potable. En contraste, África que es un país en pobreza extrema no tendrá ni agua salada, debido a los deshielos.
Por su parte México, según el organismo de la ONU, "está haciendo progresos e intensificando su acción en el apoyo a la biodiversidad a través de redes de áreas protegidas, corredores de vida silvestre y en la adopción de medidas de apoyo para los bosques y los recursos hídricos".
Asimismo, el gobierno local esta fomentando en los mexicanos la cultura de reciclar la basura en orgánica e inorgánica, además de colocar recolectores de pilas, para procurar con ello el deterioro de la capa de ozono y el cambio climático.
Achim Steiner, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), durante su visita a México comentó “México tiene todavía muchos problemas de alta contaminación atmosférica en las ciudades, desde la dependencia de hidrocarburos hasta la degradación de la tierra y la necesidad de luchar contra la pobreza".
Al respecto, el gobierno de la ciudad tomo como medida el plan de “hoy no circula sabatino” que va a disminuir los niveles de contaminación atmosférica, además de no generar tanto caos en la ciudad.
Es así como Henry I. Miller, investigador de la institución de Hoover de la Universidad de Stanford, indicó: “como el hundimiento del Titanic, las catástrofes no son democráticas”. Y es muy cierto, ya que los que más dinero tiene, pueden pagar lo que sea para salvarse, mientras que los que no morirán.
Y nuevamente es una lastima ver que aún no existen personas ni gobiernos, que quieran hacer algo por cambiar el Planeta Tierra, y que quieran seguir cegándose ante la realidad del calentamiento global, provocado por las actividades de la humanidad. Por ende te pregunto lector ¿Qué prefieres un planeta lleno de carros por todos lados, electricidad en tus aparatos, o un planeta lleno de vida, en el cual el día de mañana puedas vivir en paz? Es muy fácil de decidir lector, tú y yo preferiríamos una y mil veces la segunda opción.
Sólo que nos hace falta un poco de conciencia y educación, para ir cambiando nuestros hábitos y tal vez porque no para tratar de evitar un presente, tan sombrío y un futuro terrible.