Por: Denisse Bernal SantanaEl estadio Azteca nuevamente se vistió de gala. La Selección Mexicana de fútbol convocó a más de 90 mil almas, que, en su mayoría, vistieron de blanco, aunque no faltó el despistado que se puso la verde o hasta la roja, tras exhibir México su poderío para vulnerar a su similar de Jamaica, que se defendió con todo hasta el último minuto al derrotarla 3-0 y dar ingredientes extras a las festividades de este mes patrio.
El futbol también ha sido maltratado por la violencia, por tal motivo la afición no dudó en responder al llamado y vestir de blanco en busca de protestar contra la ola de inseguridad que se ha apoderado de la sociedad desde sus cimientos.
Y qué mejor que septiembre para celebrar un partido eliminatorio, fechas en las que el nacionalismo, para bien o para mal, resurge en la capital y en el país, para que el balompié sea la válvula de escape a muchas frustraciones.
El fervor por observar un partido del "Tricolor" fue aprovechado hasta el máximo por los "amos del mercado negro", quienes llenaron sus bolsillos al revender las entradas en 600 y hasta 700 pesos; costo que muchos aficionados estuvieron dispuestos a pagar, pero que les limitó el consumo de un líquido que es vital para ellos: la cerveza.
"Pues ya qué, tendremos que `chelear´ aquí afuera, porque adentro ya están más caras", fueron las palabras de un hombre de mediana edad que en su abultado vientre mostraba el gusto por la refresco amargo.
No importó que el rival fuera Jamaica, la afición capitalina y de algunos otros estados empezó a hacer acto de presencia como reloj de arena, poco a poco las gradas del "Coloso de Santa Úrsula" olvidaron el color cemento y se pintaron de blanco.
El "Coloso" no se ha dormido desde el pasado 20 de agosto, se mantiene en "erupción" a la espera de recibir más partidos de este tipo que allanen el camino de México hacia la Copa del Mundo Sudáfrica 2010.
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