Por: Elizabeth Alarcón Resendiz
A partir de las 18:00 horas del sábado pasado se reunieron decenas de miles de ciudadanos en nuestra ciudad capital; muchos vestidos de blanco y con veladoras en mano, los cuales partieron del Ángel de la Independencia hasta el Zócalo, con el objetivo de manifestarse en contra de la inseguridad que se esta viviendo en nuestro México.
Las gotas de lluvia no dejaban de caer, pero cubiertos por plásticos, paraguas o un simple periódico, la gente continuó su camino para llegar al destino deseado; la plancha del Zócalo, en donde se iluminaría a México y mostraría el enojo y furia; sentimientos por los que nuestro país está pasando en estos momentos.
Gritos de reclamos se confundían con diversos sentimientos, acompañados de aplausos sonados con furia; siendo estas las maneras de demostrar la inconformidad que tiene la sociedad mexicana. Aunque la marcha iba a ser silenciosa, no faltaron los gritos de ¡Mé-xi-co, Mé-xi-co! o “si no puedes renuncia” que se escucharon en el recorrido con gran sentimentalismo y unión, porque mientras que uno comenzaba con la exclamación, los demás continuaban hasta que se escuchaba el eco que se quería trasmitir.
Los miles de marchantes expresaron un “ya basta” referente a secuestros, asaltos, violaciones, homicidios, extorciones y delitos que se cometen diariamente, porque se dicen fastidiados de vivir rodeados de miedo.
La unión de la multitud fue notoria, debido a que “Iluminemos México”, nombre con el que se le bautizó a la marcha, invitaba a todos los ciudadanos a reunirse, sin embargo, la plancha del zócalo lucía rostros blancos, entre pocos morenos, con algunas sonrisas fingidas que desprendían el coraje de ser atacados día con día y de no poder vivir con tranquilidad. Aunque al princio se hablaba de que era una reunión elitista en realidad la marcha juntó a ricos y pobres, todos reunidos con un mismo fin: lanzar un grito para que las autoridades puedan terminar con la delincuencia que esta consumiendo a México.
Las banderas tricolores, pancartas con leyendas como: “los mexicanos vivimos aterrados por la delincuencia”, “no quiero crecer con miedo a morir en un secuestro” o “lucha por la justicia y por añadidura lo demás se te dará”, eran sacudidas con fuerza para hacer notar que México se quiere rescatar.
Los niños, jóvenes y adultos llenaron más allá de la Plaza del Zócalo, los cuales desprendían un rostro de emoción al poder transmitir sentimientos como: rabia, coraje, fastidio, pánico, desconfianza.
“El miedo se debe terminar, porque ya estamos hartos de vivir con sentimientos de terror y angustia, por lo que en estos momentos venimos a expresar nuestro coraje” estas fueron las palabras de un manifestante que dice querer terminar con este daño, porque no quiere que sus hijos vivan con los mismos miedos que él.
Algunas “personalidades” del medio artístico asistieron, como el cómico“Pocholo” quien aunque llevaba un brazo enyesado, no dejo de sonreír, gritar y manifestarse en contra de la inseguridad. También acudió la hermana de Thalía, Laura Zapata, quien hace un par de años fuera secuestrada.
Las miradas estuvieron clavadas en la catedral y el Palacio Nacional, que apagó sus luces y con el fondo del replique de las campanas, se sintió el gusto de que todo México se una en sentimiento de dolor y coraje.
Todos con entonación comenzaron a cantar el Himno Nacional con las veladoras encendidas y con el gusto de poder expresar la inconformidad, con ello se dejo de lado las ideologías, las diferencias políticas y los colores partidistas.
Una vez más se une México para terminar con la impunidad que esta caracterizando a este país.
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